Opinión | El colegio no es para dormir, la casa no es para estudiar
La vida de los jóvenes se caracteriza por una sola rutina que se repite sin otro propósito que su año escolar. Los estudiantes se esfuerzan por sobresalir y llevar sus años de estudio de una manera responsable, lo cual no está para nada mal; la consecuencia radica en limitar su propósito de vida a seguir un horario académico y no poder descubrir más de sí mismos que su rendimiento en las clases. Los jóvenes viven teniendo la prioridad mas importante enfocada tener sus notas arriba y entregar todo a tiempo, sin darle importancia a lo demás, creansose una vida plana y sin mucho transfondo en personalidad. Posiblemente esta reacción se debe gracias al poco tiempo que les queda a los jóvenes para poderse dar el espacio de crear sus propias metas o desarrollo personal fuera del área escolar, debido a la gran cantidad de tareas o trabajo para casa que las asignaturas tienden a mandar semanalmente.
“El colegio no es para dormir, la casa no es para estudiar” Frase que se debería tener más en cuenta a la hora de regañar a un estudiante por quedarse dormido en una clase o asignar una tarea. Los jóvenes tienen una jornada escolar de aproximadamente ocho horas diarias, cinco días a la semana y al llegar a sus hogares deben de volver sentarse en un escritorio y encontrar la motivación para hacer tareas en un tiempo promedio de uno-tres horas (a veces siendo mucho más). Las tareas tienen el supuesto propósito de complementar el entendimiento del tópico que se ve en la asignatura, pero se ignora que la vida de un joven no gira alrededor de la escuela, o mejor dicho, no debería de serlo. Podría decirse que las tareas más que ser un estimulante de aprendizaje, son un obstáculo en el desarrollo de otras actividades fuera de la vida escolar.
¿Cuál es la necesidad de exigir a los jóvenes llegar a sus casa a estudiar luego de haber salido de la escuela? Sabiendose que los jovenes son capaces de manter la energía, permanecer en clases sin descansos de por medio, tomar más de dos exámenes al día, presentar proyectos, participar, hacer ensayos todos los días sin parar; es justo entonces, llevarlos al límite del estrés con más pendientes ? Se podría decir que las tareas llegan a ser limitantes en el proceso de los jóvenes al sentir la motivación de encontrar talentos o hobbies, esto debido a que enfocan todo su tiempo y energía a las asignaturas del colegio (tareas).
Muchos jóvenes optan por darse el lujo de inscribirse en extracurriculares o deprotes estas restando tiempo de la tarde, es posible entonces que muchos de ellos deban de hacer sus deberes a altas horas de la noche. Situacion que termina siendo un detonante en el ritmo de aprendizaje, debido a que la tarea asignada en propósito de estimular el aprendizaje y responsabilidad, termina siendo, la que ralentizó el proceso y actitud del estudiante frente al tópico, debido a que al otro día el joven estara agotado, y sin la misma energía que hubiera tenido si hubiera dormido las ocho horas y hubiera tenido un descanso adecuado.
La niñez y adolescencia deberían ser etapas en la que las personas puedan vivir sin mucho estrés y preocupaciones, desarrollar habilidades, tener un buen estado físico y una vida social. Pero muchas veces el estrés escolar solo limita el desarrollo personal y crea un estilo de vida no saludable para los jóvenes.
En un estudio publicado en el Journal of Experimental Education, “El 56 por ciento de los participantes nombraron la tarea como uno de los factores que más los estresa, en comparación con los exámenes, donde el 43 por ciento los evaluaron como lo más estresante de la escuela. Debido al incremento en estrés que provocan los deberes, estos pueden traer problemas de salud, física o mental, e incluso provocar el aislamiento de los estudiantes al tener que pasar más de tres horas diarias realizándose.’’
En conclusión, se podría decir que las tareas si bien tienen un buen propósito, en realidad no se llega a cumplir. No se trata de erradicarlas, pero si se deberían de asignar de una manera intuitiva y consciente, tratando de mantener el hilo del aprendizaje en solo el aula de clase, así fomentando un buen desarrollo de la creatividad y talentos que muchos estudiantes quisieran ejercer, pero no pueden hacerlo por agotamiento o falta de tiempo.
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